De una manera casi sorpresiva, los pequeños partidos de izquierda que se presentaron separados para la elección de jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, se unieron para no votar ni a Filmus ni a Macri en el Ballotage del 24/6, incluyendo a un partido siempre esquivo a las coaliciones como el Partido Obrero.
Según Vilma Rippol "la derecha y el falso progresismo tienen diferencias de estilo, pero defienden el mismo modelo que no soluciona los problemas de los trabajadores y el pueblo".
Ahora bien, la pregunta: ¿por qué no se unieron antes para la primera vuelta donde la suma de los votos les podría haber proporcionado algún diputado, en lugar de hacerlo ahora, donde solo generan una presencia mediática?
Sin lugar a dudas, dentro de su estructura de pensamiento, la decisión es correcta. Privilegian sus ideas por sobre su oposición a Macri porque, para estos partidos, tanto Macri como Filmus representan más de lo mismo.
Sin embargo, algunas figuras emblemáticas de la izquiedra como Hebe de Bonafini (a quien nombramos en este blog días atrás) y como los integrantes de la izquierda cultural (Victor Heredia, Teresa Parodi, Leon Gieco, etc) han hecho público su aporte a Filmus.
Sería interesante que a partir de este anuncio se ordenara el espectro político argentino, a saber:
Que hubiera:
Una izquierda definida (Partido Obrero, PC, etc)
Una centroizquierda (Frente para la Victoria)
Una centroderecha (tímida): Macri, Lavagna, Sobisch, etc
Una derecha: Vacante...
Si tuvieramos una derecha definida, no estaríamos muy lejos del esquema político de Francia, pero la verdad es que el espectro político argentino está muy tirado a la izquierda, a pesar del triunfo de Macri. (Con lo particular que es la ciudad de Buenos Aires como distrito electoral).
Ahora bien, en este esquema, ¿dónde quedarían el PJ y la UCR?
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