lunes, 16 de agosto de 2010

Educación o decadencia

Sarmiento, hombre de luces y sombras.

Así como es interesante ahondar en las causas que llevaron a las ex-colonias inglesas a ser lo que son y a las ex-colonias españolas a conformar este triste conglomerado latinoamericano, también es interesante investigar el porque la Argentina se distinguió entre estas naciones, siendo vista en su momento como una potencia en ciernes.

Es probable que la Educación haya jugado un muy importante papel, obviamente entre otras causas .

Inclusive a aquellos a los cuales no nos caía muy simpático Sarmiento, no dejábamos de elogiar su perseverancia por el desarrollo y crecimiento de la Educación PÚBLICA.

Pasaban los diferentes gobiernos con su destructiva herencia, y parecía que siempre la Argentina estaba capacitada para sobreponerse a sus mediocres gobernantes, de la mano de la gran capacidad de su gente. En parte por su herencia sociocultural, en parte por la educación que recibieron.

Llegado 1983, hacen su aparición los Apóstoles del Progresismo, con su inconfeso afán de terminar con las pocas cosas que habían quedado en pié en nuestra Argentina. La Educación fue uno de sus blancos predilectos. Algunos con el propósito de probar sus bibliotecarias teorías, otros por puro espíritu revanchista, otros solo para parecer diferentes y los más, arrastrados por esta nefasta ola.

Filmus, la educación al poder.

A nadie le es ajeno la pérdida de nivel de todos nuestros niveles educativos en estos casi 27 años. Todos aquellos que disfrutamos de la educación pública antes de esta era, no podemos entender el nivel de nuestros hijos ni el de los que los educan. Asimismo, el deterioro socio-económico nos ha llevado a que las escuelas en primer lugar intentan dar de comer, en segundo lugar de contener, dejando para el final su prioritario objetivo educativo.

La escuela como comedor.

Escuchamos estos días alarmas en la comunidad educativa sobre el nivel educativo. Nos dicen que más del 30% de los jóvenes argentinos de 15 años no pueden entender un texto simple. En virtud a problemas de educación detectados, implementan dudosos sistemas educativos en los cuales el niño recién lee y escribe fluidamente recién en 3er grado. Se explica esto.....DENOSTANDO A LA EDUCACIÓN QUE HIZO GRANDE A LA ARGENTINA, NO AL DESASTRE QUE COMENZÓ CON ALFONSÍN.

Hasta bien entrado el siglo XX, la Argentina era un faro para los países latinoamericanos, y no solo desde el punto de vista económico como recalcan hoy los liberales y conservadores. En muchísimos aspectos, de la mano de una inmigración que nos hizo diferenciar cada vez más de la herencia colonial hispana (aunque esta inmigración también venía en gran parte de España, aunque esto será tema de otro post), la Argentina era diferente. Brasil, Colombia, Chile, Venezuela, no eran países con los cuales la Argentina se comparara en casi ningún aspecto.

Se le critica a la Generación que gobernaba durante el primer Centenario en 1910, que la Argentina y Buenos Aires tuvieran como objetivo parecerse a Europa y a París.

Durante este Bicentenario, paradójicamente, estamos tratamos que esto no se parezca a Asunción del Paraguay. Sin ofender a nadie pero sin dejar de decir las cosas como son.

lunes, 9 de agosto de 2010

Lehman Brothers for Gaza

Suele decirse, dicho trillado, que el Sentido Común es el menos común de los sentidos.

Yo diría, que mínimamente, es más fácil pensar con un cerebro ajeno que con el propio, sin es que en absoluto se desea pensar.

Las redes sociales como Facebook, Twitter, incluso las más profesionales como LinkedIn, ofrecen a los navegantes de la Red inéditas y en muchos caso anónimas posibilidades de expresarse libremente. Esa libertad, da también a situaciones risueñas, inconcebibles, a veces ofensivas. También, a descubrir el pequeño cerebro de nuestros congéneres. O lo estrecho de su mirada. No de todos, eso es obvio.

Pulula por Facebook la frase, grupo o deseo, "Cambio tesoros del Vaticano por comida para África". El navegante, en una acción cuasi heróica para su gris existencia, presiona "Me gusta" o "Me adhiero" casi sin titubear, ganándose el aprecio de miles como él o ella. Luego con el mismo valor, adhiere a "Yo no veo a Tinelli" o "Pachano sí, Ricardo Fort no".

La frase, grupo o deseo "Cambio tesoros del Vaticano por comida para África" es casi imposible de sostener en un debate civilizado, salvo que se sea un fundamentalista anti católico. Sería bueno pensar quien compraría esos tesoros del Vaticano y como se haría para distribuirlos. Además, para cuanta comida eso alcanzaría. Y deseríamos saber además a quien se la comprarían. Una serie de razonamientos tan absurdos como la frase que les dió origen.

Lo primero que llama la atención que que se sobrestima el poder de la Iglesia Católica, tanto en lo que respecta a lo político como a lo económico. En lo político está claro su debilidad actual: ni siquiera puede sostener en la Argentina su oposición al casamiento entre personas de igual sexo (o parecido). En lo económico, soslayan el poder de las grandes corporaciones financieras y bancarias, amén de los grandes grupos económicos productivos. Los primeros generan dinero "a sola firma" como diría una propaganda, y hasta controlan la Reserva Federal en EE.UU. Los segundos ponen y sacan gobiernos en el Mundo con una facilidad pasmosa. Es que el anticatolicismo, de la mano de grupos progres, es una regresión medieval.

Ahora bien, ¿por qué África? si entendemos por África el África negra, hablamos del continente sin historia. Uno puede llegar a suponer que hicieron esos pueblos durante miles de años de Historia: vivir primitivamente tal cual los encontraron los primeros exploradores europeos. Es increíble que en miles de años, no hayan podido o querido navegar más allá de sus extensas costas. Salvo algunas modestas embarcaciones para ríos y mares, nada podemos encontrar en África en este campo, así como en tantos otros. ¿Sería África antes de los blancos o europeos un paraíso como la Bolivia precolombina de Evo Morales? Suponemos que no. También podemos suponer que las pobres condiciones de vida, lograban mantener a raya la población en lo que a crecimiento demográfico se refiere, permitiendo su alimentación básica. La llegada del hombre blanco con su tecnología y ciencia logró que las poblaciones crecieran como nunca.

Entonces repito: ¿qué nos atrae de África? ¿Su falta de recursos humanos? ¿o lo Progre que es defender a las razas de color explotados por los rapaces sin color?

Sin defender a la Iglesia Católica, uno supone que en 20 siglos de existencia alguna obra de bien hicieron. Aquellos que son creyentes, también dirán que han salvado miles de almas.

Entonces, ¿por qué no pedirle el dinero a la banca financiera rapaz, que nuevamente en 2008 despojó de sus ahorros a la gente común y terminó, nuevamente, salvada por el Estado? Y en vez de África, ¿por qué no ayudar por ejemplo a palestinos, iraquíes, afganos, haitianos?

¿Es mucho pedir un pequeño aporte de Lehman Brothers for Gaza?

Yo prefieron seguir visitando la Eterna Roma y por una módica entrada seguir disfrutando de La Piedad, de la Capilla Sixtina, de San Pedro y de todos los tesoros que el Vaticano alberga.

No quisiera La Piedad en la pileta de Carlos Slim, la Capilla Sixtina convertida en moderna galería de arte de George Soros o San Pedro con un McDonalds adentro.

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