lunes, 17 de septiembre de 2012

Malditas cacerolas

La reacción oficial ante la concurrida movilización de parte de la ciudadanìa en las grandes ciudades sorprende por su torpeza. Pareciera que compitieran para ver quien dice la gansada más notable, aunque el jefe de Gabinete se destaca claramente. No se las voy a repetir porque las habrán leído en los medios. Sin embargo, es notable remarcar dos cosas.

En primer lugar, la marcha descolocó, molestó. Y cosa rara en un unicato como el de CFK, las reacciones fueron de matriz diversa. Las hubo sorprendidas y preocupadas, las hubo marcadamente peyorativas, las hubo descolocadas.




En segundo lugar, la real dimensión de la incomodidad del Gobierno lo marca que la marcha opositora los llevó a jugar en un terreno que no pueden manejar ‘a piacere’. Es decir, para aclarar, al Gobierno le hubiera resultado infinitamente más cómodo que esta oposición se encolumnara detrás de organizaciones políticas y sociales opositoras a las cuales manejan sin ningún tipo de problemas. Al ser cuasi anárquica y no reconocer liderazgos, le es casi imposible enfrentarla de manera eficiente porque la mayoría de sus reclamos son justos y evidentes. Por eso les piden a los “caceroleros”: “participen desde los partidos políticos”. Claro, de esa manera es más fácil, casi trivial, dominarlos.

De manera casi análoga, la guerrilla mediante sus organizaciones de superficie (generalmente de Derechos Humanos) décadas atrás, le indicaban a las fuerzas de seguridad cual era la forma de combatirlas para de esa manera llevarlas a un terreno donde la guerra podría ser ganada por ellos.

Hoy pasa lo mismo. Dentro de las estructuras partidarias es poco lo que se puede hacer para vencer al Frente para la Victoria, dada la estructura y los recursos con los que cuentan. Fuera de este esquema, la marcha de la semana pasada molestó. Y mucho.


Que se repita.

No hay comentarios.:

Buscá con Google

Google