viernes, 4 de septiembre de 2015

Los problemas del Nacionalismo Argentino (1) - Los mensajes y los receptores

La Política es una actividad en relación con el Poder. El que tiene Poder, hace Política. El que no, se dedica a otra cosa.

Cuando hacía mis primeros palotes en política, un gran maestro me enseñó, entre otras tantas cosas, esto. Lo que me lleva a la primera definición. El Nacionalismo tiene que definir cual es su objetivo, lo cual no es muy difícil y ni siquiera les tengo que preguntar y esperar una respuesta diferente. El objetivo es el Poder, gobernar a la Argentina. Cualquier otro objetivo puede ser secundario, quizás apoyo para el objetivo principal o en algunos otros casos, un objetivo errado y/o contraproducente.

Las reivindicaciones históricas, llámese revisionismo histórico nacional e internacional, por ejemplo, no deben ser el objetivo del Nacionalismo. Sí posiblemente de organizaciones tangenciales a la organización política para que le sirvan de apoyo y sustento a la organización madre, la que se dedica a la Política y a la lucha por conseguir el Poder. Los objetivos secundarios no deben nublar la visión principal y en caso que perjudiquen notablemente a la misma, deben desestimarse, parcial o totalmente.

Vivimos en una democracia cuyo método de elección de autoridades ejecutivas y legislativas es la elección mediante sufragio universal. Ese es el método que, nos guste o no, debemos utilizar para luchar por nuestro objetivo. Basta de esperar el sable salvador de un militar iluminado o que el peronismo nos convoque a unos de sus habituales gobiernos. No. Hay que dar batalla en varios frentes teniendo como finalidad principal dar la batalla electoral. Para eso, hay que organizar un partido político. Sabemos que el 95% de la gente no es filósofa ni historiadora ni entiende la política, por lo cual debemos tener claro que diferentes receptores necesitan que el mensaje sea diferente. Porque en democracia se necesita un consenso. Y votos. Y para eso hay que llegar a ese 95%.

Entonces, tenemos que definir los diferentes estamentos que conformarán la organización política. Comenzando por la base de la pirámide tenemos a:

1. Los simpatizantes o eventuales votantes. Conforman el grupo más numeroso y menos comprometido. Pero sumamente necesario para lograr el objetivo final, mejor dicho, indispensables.
2. Los militantes. Primer nivel de compromiso.
3. Los cuadros o dirigentes
4. El mando de la organización. Grupo poco numeroso y selecto. Junto con el nivel 3 conforman el núcleo de la organización

El mensaje de la organización para los niveles 1 y 2 no será muy diferente. La diferencia será el compromiso de los integrantes del grupo 2. El mensaje que ambos grupos recibirán será la IDEOLOGÍA. El grupo 1 como receptor y el grupo 2 como receptor y emisor.

La IDEOLOGÍA será la versión electoral de la DOCTRINA, la cual deberán manejar con soltura y mayor nivel de compromiso los integrantes del grupo 3, los cuadros y dirigentes. La DOCTRINA será la adaptación a los fines políticos en busca de la obtención del poder de la COSMOVISIÓN, de la cual serán custodios los integrantes del grupo 4, a los cuales llamaremos con mayor precisión LA ORDEN.

La organización debe alejarse de todo tipo de DOGMATISMO y manejará las ideas bases con la flexibilidad que las circunstancias exijan. Obviamente, la IDEOLOGÍA será eminentemente táctica y adaptada a las circunstancias temporales, aliados y conveniencia política. Claramente la COSMOVISIÓN será la parte más cercana al dogmatismo sin llegar a serlo.

Entonces. El objetivo es el PODER. No la satisfacción personal de los integrantes de la organización.

Basados en una COSMOVISIÓN custodiada por una ORDEN, los CUADROS manejando con precisión la DOCTRINA, liderarán estratégicamente a la organización y tácticamente aplicarán lo que convenga a nivel IDEOLOGÍA sin apartarse de DOCTRINA y la COSMOVISIÓN que le da sustento.

Necesitamos el consenso de la sociedad. El 95% de la gente no sabe, no quiere saber y le será de todos modos difícil comprender el accionar del Grupo Bilderberg, el Council of Foreign Relations y un largo etcétera. Tampoco aportará a la causa un eventual apoyo a miles de kilómetros de distancia a la Palestina ocupada o al Irán amenazado. Hay que tener claro el objetivo de la organización  y las necesidades de la gente a la cual queremos gobernar y los VALORES que queremos imponer.

Si por el contrario el objetivo es otro que llamaremos más adelante el problema del FOLKLORE EUROPEO, recomiendo fundar un club de amigos o un centro de estudios abocado específicamente a esa problemática, algo totalmente válido.

El objetivo debe ser el PODER, los medios la LUCHA ELECTORAL y los mensajes deben ser ADECUADOS a los receptores.

Haciendo siempre lo MISMO, no podemos esperar resultados DIFERENTES.








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