martes, 22 de noviembre de 2016

Trump, la rebelión blanca y la Policía del Pensamiento Único.

Son bastante cómicos y pobres los análisis post electorales con el diario del lunes. “El pueblo eligió la paz”, en elecciones que terminaron 51% a 49%. “Los argentinos prefirieron a Macri”, con resultados similares. En general los periodistas, en típico razonamiento populista, caracterizan al pueblo, en este caso a quienes votaron al ganador en una elección, como una masa monolítica con un pensamiento único y alineado, generalmente acorde al de ellos mismos. Nada más lejos de la verdad. A veces tenemos que recurrir al poeta estadounidense Henry-Louis Mencken para afirmar que “La democracia es una creencia patética en la sabiduría colectiva de la ignorancia individual”. Millones de votos son millones de motivaciones diversas. Pero volviendo a la realidad, al establishment periodístico se le quemaron los papeles a la hora de analizar la victoria de Donald Trump.


En Dictadura está mucho más claro el margen de maniobra de movimiento político o de cada individuo que en democracia. Totalmente. Uno sabe claramente cuales son los límites a la participación política, al derecho a la expresión, a la actividad económica, etc. Si se cruza esa delgada línea, el castigo a recibir también está claro y preestablecido. Y puede ser muy duro, claro que sí. Pasaba lo mismo en las monarquías. Hay más previsibilidad. En cambio en las democracias, esto no está tan claro. La democracia garantiza el derecho a la libre expresión (¡claro!) por lo cual, la forma de ponerle límites a la misma tiene dos vertientes: una ley que castigue determinadas expresiones que no son consideradas políticamente correctas o, para peor, que quien las exprese sea condenado de manera pública de hereje, sin una ley que necesariamente lo condene. Y al hereje no se lo juzga, sino que se lo quema. Sirva como ejemplo la opinión sobre el llamado Holocausto del pueblo judío en muchísimos países de Europa. En algunos países las leyes prohíben una opinión diferente a la Historia Oficial. En otros, la condena es el ostracismo público.

Quienes hoy garantizan que la libertad de expresión no exista en las democracias son aquellos que sin saberlo integran la Policía del Pensamiento Único. Son miles y diversos, y cumplen un papel fundamental en la conservación del orden establecido. Son políticos, periodistas, opinólogos, pseudo científicos y en el caso de algunos países como la Argentina, burócratas estatales con una carga de resentimiento personal y político muy importante, como los integrantes del INADI. Todo bajo un aparente barniz democrático, progresista y humanista.


¿Qué logra esta Policía? Lo que logran las policías en los regímenes autoritarios: silencio. Y en el contexto de ese silencio a la fuerza, donde expresar su propia opinión en temas como aborto, género, seguridad, religión, etc. puede ser causante de una condena por herejía, el ciudadano que se opone a las ideas que defiende dicha Policía, se cuida de expresar libremente sus opiniones que en general, son compartidas casi en secreto por la gran mayoría de la gente, los cuales sin embargo no logran articular un movimiento político-cultural que las combata, ¿se entiende?

Donde tampoco opinan, es cuando les preguntan a quien van a votar. En ese caso, callan o mienten. Y solo cuando ponen el papelito en la urna, expresan en la soledad del cuarto oscuro su verdadera opinión. ¿Me siguen?

En EE.UU. la opinión pública (o publicada) estaba 95% a favor de Hillary Clinton. Prensa, espectáculo, grandes capitales, comunidades latina, negra, judía, Hollywood, expresaban su favoritismo por la esposa del travieso hombre canoso del saxo. Incluso los periodistas argentinos expresaban este favoritismo al nombrar a Trump con desprecio, antes del día de las elecciones. Pero Trump ganó, y las encuestas no fueron capaces de penetrar en la verdadera intención de los votantes y estuvieron días pronosticando una clara victoria de Hillary.

¿Pero por qué votaron los estadounidenses a Trump? Difícil resumir todo en una sola idea como hacen los periodistas de medios masivos (que nosotros ni somos ni seremos), pero podríamos ensayar varias motivaciones que suponemos los habrán movidos a hacerlo.

  •          Un rechazo a la política tradicional. Elección de un outsider a la misma como muestra de rechazo a dicha corporación.
  •          Un apoyo al endurecimiento de la política inmigratoria.
  •          Un rechazo a la Policía del Pensamiento Único y a la Corrección Política. Basta de decirme como debo pensar sobre cada tema.
  •          La Rebelión Blanca. Una resurrección de lo más profundo del país en rechazo a las políticas de discriminación positiva que reciben las minorías desde hace décadas.
  •          Una situación económica que se deteriora año tras año.
  •          Un pensamiento más conservador y tradicional.
  •          Una candidata demócrata impresentable.
  •          La idea del sueño americano que cada vez parece más lejano.

¿Habrá más motivaciones? Seguramente muchas. O millones. Una por cada votante. Pero el votante dijo, de diferentes maneras, déjenme de hinchar las pelotas.

El resultado de la elección de EE.UU. es por un lado una bocanada de aire puro a la política mundial, por otro lado un desafío a la corrección política y su putrefacto olor de pensamiento único e indiscutible y, porque no, un grito de los blancos, diciendo presentes en un Mundo que parece ocultarlos en detrimento de un montón de pueblos y culturas cuya exaltación no constituye un pensamiento incorrecto. Como el caso de los blancos. Que solo nombrar su existencia, constituye una herejía.




domingo, 3 de julio de 2016

Actualidad del Nacionalismo Argentino

¿Cuál es la realidad del movimiento Nacionalista en la Argentina? Decimos Nacionalista por utilizar la palabra que todos los movimientos utilizan para autodefinirse cuando le preguntan “que sos”. Sabemos que decir nacionalista a secas en el siglo XXI ya dice poco y nada, y su connotación es casi siempre negativa.

Nosotros desde este blog esperamos que surja una “derecha nacional” o “derecha social” para llamarla de algún modo. No es seguro que esto surja de las agrupaciones hoy autodefinidas nacionalistas pero es probable que sí de algunos de sus integrantes. Porque la Argentina hoy necesita una derecha moderna, nacional, social, que entienda el mundo y entienda el siglo XXI. No necesita un nacionalismo del siglo XX luchando guerras del siglo XIX. Pero vayamos al objetivo del post.
No conocemos desde adentro a las agrupaciones nacionalistas pero sí, desde el conocimiento personal de algunos de sus integrantes o a través de su participación (sana, saludable, harto necesaria) en las redes sociales, intentaremos un análisis.

Bandera Vecinal: es el partido liderado por Alejandro Biondini con presencia en Capital y provincia de Buenos Aires. Cambiando de nombre de tiempo en tiempo, con algunos más felices que otros, Bandera Vecinal arranca por donde debe arrancar, es decir, jugando políticamente dentro del Sistema. Por ahora sin demasiados votos (salvo en una ocasión con unos 40.000 votos en provincia de Buenos Aires), Bandera Vecinal emerge como el partido que bien podría servir de base para una gran coalición nacionalista. Lamentablemente, no todos los otros líderes tienen un buen concepto de Biondini quien, en base a una lucha constante y persistente por décadas, tiene cierto conocimiento en la población en general, el cual a esta altura es más negativo que positivo. Necesitarían de un recambio de figuras. En lo que respecta a su posición política, como gran parte del arco nacionalista, son defensores del verdadero peronismo, que vaya a saber cada uno cual es y del cual en este blog ya hemos fijado nuestra posición. También han sido activos participantes de las marchas “caceroleras” contra el gobierno de CFK.  Han generado un documento con diez propuestas que celebramos pero aún no hemos leído para dar una opinión. Asimismo editan una publicación “Bandera” -desconocemos si tiene también formato digital, lo necesitan en el siglo XXI- y tienen un programa de radio. Realmente mucha presencia. Tienen posibilidades de crecer en tanto y en cuanto se despeguen del peronismo y dejen de identificarlos con los movimientos nacionalistas europeos de los años 30; y también cuando logren renovar figuras y candidatos. Veremos como se presentan para las elecciones de 2017.

Movimiento 20 de Noviembre: al igual que Bandera Vecinal, han optado por dar lucha electoral. En su caso, a través de una alianza dentro del Frente Renovador de Sergio Massa en la ciudad de Buenos Aires. La estrategia, novedosa para el nacionalismo, genera el riesgo de que la agrupación sea “tragada” por el peronismo (que eso y no otra cosa es la agrupación del ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner) con la consiguiente pérdida de su identidad. No será fácil esto. Muy válida la estrategia de dar lucha electoral, la táctica no es de las más felices, pero vale el intento.

Proyecto Segunda República: la agrupación de Salbuchi y Romero es una incógnita. No logran despegar del estado embrionario en el cual se encuentran hace años y no se les ve intenciones de dar lucha electoral. Por el lado ideológico, pecan de populistas, lo cual los lleva a veces a posiciones similares a las adoptadas por el kirchnerismo residual en la oposición. Se los ve mucho en el muy buen intento del canal TLV1 (Toda la Verdad, se lo encuentra fácilmente en internet) pero sus posteos en redes sociales son muy confusos, por lo menos para quienes conocemos a los fundadores de la agrupación. No nos pasa a nosotros solos y se ve la misma sorpresa en los comentarios de los lectores. Actualmente se los ve en un cambio de actitud a nivel agrupación, esperamos que emerjan del lugar en donde están hoy para ver como se desarrollan y para donde apuntan.

Vanguardia de la Juventud Nacionalista: conocemos poco de ellos, posiblemente sean los menos “peronistas” de este grupo de agrupaciones bajo análisis. Tienen cierta presencia callejera en pintadas (muy saludable), tanto en Buenos Aires como en el interior. Por ahora son una incógnita, esperamos noticias de ellos.

Red Patriótica Argentina: esta sí es una saludable noticia. Un grupo de agrupaciones pertenecientes en su gran mayoría al mal llamado interior del país, se agruparon en esta red y realizan tareas en común. Hemos visto personalmente y con agrado en Córdoba, por ejemplo, carteles pegados por la Agrupación Nacionalista Lacebrón Guzmán en pleno centro de la capital mediterránea. Lo notable de esta red es que demuestra que los grupos nacionalistas sí pueden trabajar en conjunto o unirse y establecer estrategias comunes. También, como casi todas la agrupaciones precedentes, han discutido con nosotros defendiendo al peronismo, una posición equivocada tanto histórica como tácticamente.
 
Seguramente existan más grupos o individuos actuando en función de tales, dadas las facilidades que las tecnologías digitales permiten. Lo importante es generar agrupaciones adaptadas para el siglo XXI y alejadas del peronismo, si no se dan estas dos condiciones, lamentablemente serán todos proyectos destinados al fracaso.  El nacionalismo debe salir del círculo vicioso de hacer política de convencidos para convencidos si desea ser una opción de gobierno.


sábado, 25 de junio de 2016

Say no to racism

"Say no to racism". "My game is fair play". "Football for hope". ¿Habrá mas slogans?. Probablemente sí, "Football for the planet"...

La entidad rectora del fútbol mundial, FIFA, con sede en Suiza y pretensiones de extraterritorialidad e impunidad, nos bombardea sistemáticamente con estos principios. Algunos, para estar subidos a las olas y a las modas (referidas a sustentabilidad, por ej.), otras más cercanas al pensamiento políticamente correcto y, por que no, dirigidas a la obtención de los votos de los países del tercer mundo en las elecciones internas (referidas al racismo). Algunas otras, nada. Más de lo mismo.

Da mucho placer, ver, por el motivo y causa que fuese, a estos dirigentes corruptos de la FIFA encarcelados, perseguidos, obligados a renunciar. Mediocres enriquecidos usufructuando la pasión por el deporte más popular del Mundo. Pasa lo mismo por acá con la Asociación del Fútbol Argentino, AFA. Segundones de la política, empresarios de dudosa fortuna, conductores de TV afortunados. Ignorantes que asustan.

Todos repitiendo como loros consignas en las cuales no creen, pero que les sirven para acrecentar el poder de la FIFA (y AFA) y sus fortunas personales como consecuencia. 

¿Será la Justicia lo suficientemente decidida para terminar con esta payasada? ¿Tendremos que depender de la justicia del país menos futbolero del mundo para acabar con esto? ¿o estos últimos reemplazarán en el show a los dirigentes encarcelados por otros propios?"

No lo sabemos. Pero convengamos. ¿En cuántos ámbitos se repite la propagación de slogans políticamente correctos con otros fines". ¿Está el populismo sudamericano lejos de estos procederes? Pueblo, pobres, ancianidad, niñez. Y por otro lado, desfalcos, sobreprecios en la obra pública, lavado de dinero, retornos, impunidad judicial. Desfachatez.

¿Es esta la matriz del poder del siglo XXI? ¿Somos capaces desde nuestro campo de romper esto, sin caer en posiciones y procederes de la década del '40, sin caer en una catarata de slogans análoga?

Ese es nuestro desafío.

sábado, 11 de junio de 2016

Mutaciones

Una gran paradoja de la sociedad argentina, es que cree con convicción casi de converso, que solo pueden salvar al país un grupo de renovadores del  mismo grupo político que contribuyó a destruirlo un poquito más. Luego de la llegada al poder de este grupo renovador y la consumación de una etapa más de destrucción de este país, aparecen nuevos renovadores, en algunos casos personajes importantes del gobiernos a los cuales los anteriores renovadores sacaron del poder.

La referencia el peronismo está implícita. La sociedad argentina, que en su conjunto ha aceptado al peronismo olvidando las décadas del 50 y 70 convertiéndolo en un león herbívoro (parafraseando a su difunto líder), ha llegado a la conclusión que solo el peronismo puede gobernar este país. Se ha dado la paradoja que entre tres candidatos peronistas en la provincia de Buenos Aires, hayan sumado más del 80% de los votos en 2013.

El triunfo de Mauricio Macri liderando una coalición liberal-desarrollista en 2015, debe ser vista no como un gobierno que pueda sacar de la postración a la Argentina  (ojalá lo haga) sino como el fin de este ciclo enfermizo de renovaciones peronistas que lleva más de 30 años ininterrumpidos.

Para eso, el PRO y sus aliados, deberán dejar de gobernar con culpa como “jefe nuevo”, y tomar las decisiones políticas que haya que tomar asumiendo sus costos. Deberán tratar de dejar de conformar y/o seducir a sectores que de ninguna manera lo apoyarán, tome la medida que tome. Deberán de dejar de gobernar pensando que su gobierno necesita una "pata" peronista.

Ese es su principal desafío.

Buscá con Google

Google