sábado, 11 de junio de 2016

Mutaciones

Una gran paradoja de la sociedad argentina, es que cree con convicción casi de converso, que solo pueden salvar al país un grupo de renovadores del  mismo grupo político que contribuyó a destruirlo un poquito más. Luego de la llegada al poder de este grupo renovador y la consumación de una etapa más de destrucción de este país, aparecen nuevos renovadores, en algunos casos personajes importantes del gobiernos a los cuales los anteriores renovadores sacaron del poder.

La referencia el peronismo está implícita. La sociedad argentina, que en su conjunto ha aceptado al peronismo olvidando las décadas del 50 y 70 convertiéndolo en un león herbívoro (parafraseando a su difunto líder), ha llegado a la conclusión que solo el peronismo puede gobernar este país. Se ha dado la paradoja que entre tres candidatos peronistas en la provincia de Buenos Aires, hayan sumado más del 80% de los votos en 2013.

El triunfo de Mauricio Macri liderando una coalición liberal-desarrollista en 2015, debe ser vista no como un gobierno que pueda sacar de la postración a la Argentina  (ojalá lo haga) sino como el fin de este ciclo enfermizo de renovaciones peronistas que lleva más de 30 años ininterrumpidos.

Para eso, el PRO y sus aliados, deberán dejar de gobernar con culpa como “jefe nuevo”, y tomar las decisiones políticas que haya que tomar asumiendo sus costos. Deberán tratar de dejar de conformar y/o seducir a sectores que de ninguna manera lo apoyarán, tome la medida que tome. Deberán de dejar de gobernar pensando que su gobierno necesita una "pata" peronista.

Ese es su principal desafío.

No hay comentarios.:

Buscá con Google

Google